miércoles, 25 de noviembre de 2015

El bloqueo del escritor

El principal obstáculo en cualquier proceso imaginativo somos nosotros mismos

 
El bloqueo del escritor
Buscando información para este artículo lo primero que me sorprende es encontrar que “bloqueo del escritor” existe en Wikipedia sin embargo no existe el bloqueo del pintor o del músico.

 Personalmente creo que  todo proceso creativo implica superar  barreras y dificultades. El principal obstáculo en cualquier proceso imaginativo somos nosotros mismos. Los psicólogos lo llaman bloqueo emocional y se basa en nuestro miedo atroz al fracaso.
Lo diga Wikipedia o lo diga la Psicología, el caso es que el síndrome de la página en blanco existe y puede llegar  en cualquier momento: al empezar una obra, en medio o bien en el momento de ponerle punto y final. 

La creatividad no es un don de unos pocos sino una característica de todos los seres humanos, lo que diferencia al artista de una persona poco artística – que no poco creativa- es la capacidad de gestionar sus habilidades imaginativas, canalizarlas, y materializarlas en una obra que comunique, dígase cuadro, pieza de música o texto escrito.
Por todo ello los consejos que quiero compartir con vosotros, que son personales y poco académicos, como todo lo mío, pueden usarse para escribir o bien para desarrollar cualquier tarea que requiera concentración y desarrollo:
  • La creatividad está sobrevalorada y se considera la antítesis del orden pero para empezar a escribir hay que sentarse, dominar nuestros impulsos físicos de distraernos y someter nuestra atención a leer y escribir sobre lo que queremos desarrollar. Si no tenemos la primera frase, no importa, escribe notas aleatorias extraídas de tu imaginación o de tu investigación y deja que tu cerebro vaya dándole forma lógica, aunque parece increíble, lo hace y funciona.
  • Comparte tu bloqueo. Habla con las personas que tienes cerca y pregúntales cómo lo harían ellos. No importa que sean niños o ancianos, las ideas de los demás siempre nos enriquecen. Si no tienes a nadie cerca, navega por internet, pregúntale a amigos en las redes sociales o bien pregúntale a Mr. Google, que todo o casi todo sabe, juega con las palabras que te bloquean y lee lo que aparece en el buscador de tu navegador de forma aleatoria.
  • Lee, antes, durante y mientras escribes. A mí me funciona, lee sobre autores que te inspiran o personajes que pueden ayudarte a expresar lo que tienes en tu mente y no encuentras cómo hacerlo.
  • Anda, corre o saca a tu perro. También me funciona. Una amiga me dijo un día que el universo me regala frases porque le comenté que cuando salgo a correr me vienen ideas perfectas y claras, como si fueran susurros inspiradores. Pues busca ese susurro en otra actividad que aporte más oxígeno a tu cerebro, que nunca viene mal. Puedes escoger hacer algo que no sea tan físico y que no requiera concentración como barrer o alguna tarea que te permita seguir innovando a nivel creativo sin prestar atención.  Por eso es bueno llevar un blog de notas o un buen teléfono inteligente donde apuntar las ideas, nunca sabes cuándo te asaltarán.
  • Olvídate del qué dirán. Tenemos una predisposición genética a la intolerancia de la frustración, en muchas ocasiones incluso antes de ponernos a escribir ya nos preguntamos sobre lo qué dirán, o si gustará o no…Hay que conseguir superar ese bloqueo cultural, esa barrera social que justifica y refuerza nuestra naturaleza perezosa y escribir, ponernos a ello, sin divagar.

No se me ocurre que más os puedo decir, lo único que igual que las casas no se construyen por el tejado, para crear proyectos escritos lo primero es sentarnos y lo segundo escribir. Olvídate de expresiones como “todavía no lo veo claro en mi cabeza”, “no lo he organizado en mi interior”¡Excusas!     Siéntate y escribe.

martes, 17 de noviembre de 2015

Música Sí, música No

escribir con música
Desde que la música se hizo portable y escuchable en cualquier espacio, poco a poco ha ido invadiendo nuestro día a día y hoy somos muchos los que apenas podemos hacer nada sin acompañarlo con alguna melodía.
Sabemos que la música provoca emociones, nos anima, nos excita, nos enamora pero además produce cambios en los niveles de concentración, angustia o estrés.

Hoy vamos a desarrollar la influencia de la música en los procesos de la creatividad y la concentración como por ejemplo escribir o estudiar con música:

La creatividad, la emoción y la música comparten la misma región del cerebro llamada córtex prefrontal. Resulta imposible citar los cientos de miles de estudios  que hay sobre la relación entre nuestra reacción cerebral y la música.  Lo verdaderamente maravilloso es que la música no es algo ajeno a nosotros sino está dentro  de nosotros y cada individuo la decodifica de forma aleatoria. Todas las partes de nuestro cerebro sensibles  a lo musical se activan solo con intentar recordar una canción.
No hay pautas fijas para determinar que la música nos va ayudar a estudiar o bien a ser más creativos porque existen muchos factores como el tipo de música y nuestra propia predisposición que determinarán la reacción ante la misma.

La música clásica está comprobado que consigue relajar y estimular varias partes del cerebro a la vez. El rock o la música latina tienen ritmos que aumentan la producción de seretonina y anedralina que es necesaria para nuestra actividad física y mental. También existen estudios totalmente opuestos a escuchar música en procesos creativos o de estudio porque implica una  multitarea – multitask del inglés- que puede desfavorecer la concentración o incluso generar mayor cansancio mental.
No obstante hay muchos casos conocidos, como Stephen King, que escuchan rock duro para escribir.

Llegados a este punto y sin afán académico solo me queda contar mi experiencia y esperar que vosotros compartáis la vuestra: En mi caso, yo necesito música suave, instrumental, o melódica sin estridencias, primero para relajarme y luego para mantener la concentración en el texto o la tarea de estudio en la que esté trabajando. Tengo que reconocer que cuando estudio algo que necesita un esfuerzo memorístico especial requiero silencio absoluto y suelo hablar en alto, leer, releer el texto como si estuviera actuando para un público inexistente.
En ocasiones, mi ruido mental es tan elevado que la música consigue hacer que no escuche mis propios pensamientos que me pueden sacar del trabajo en cuestión. Al tener que concentrarme en una materia por encima de la música, me concentro mejor. Así como cuando estoy en una cafetería o biblioteca me aíslo completamente de mi alrededor.  Hace unos días estaba trabajando en un texto y tenía música de fondo -selecciono listas del Spotify y me olvido- cuando mi atención se fue directa a la música porque era una pieza cantada que me sabía la letra y mi atención voló al estribillo de la misma en décimas de segundos.

Me aventuro a compartir un proyecto que me gustaría implantar en nuestro portal www.todosleemos.com , se trata de relacionar cada libro con música sugerida. Creo que cada autor podría poner “la banda sonora de su obra para el lector”. ¿Qué os parece la idea? 

martes, 10 de noviembre de 2015

Rituales para la creatividad

Consejos para domar a tus musas
creatividad
La creatividad es la capacidad de generar nuevas ideas o conceptos. Hoy pretendo justamente lo contrario a dar rienda suelta a vuestras musas, porque sobreentiendo que todos los que visitáis este blog tenéis capacidad creativa de sobra.
La creatividad históricamente ha sido asociada a la locura o bien considerada un arte oscuro.  Como consecuencia todavía hoy tenemos sistemas educativos que focalizan la obstrucción a la creatividad en favor de procesos memorísticos  y de acumulación de información.
Estamos en ese punto tan especial y mágico en el que ya visualizamos una historia, tenemos esa necesidad obsesiva de contarla o bien de desarrollar un proyecto. Es el inicio del viaje no obstante habrá que canalizar toda esa energía y cablearla a través de técnicas o métodos prácticos y pragmáticos que acaben dando forma y vida a una idea o asociación de ellas:
  • Anotar o hacer una lista de ideas, conceptos o principios que den una primera forma a la historia o proyecto. Puede ser una breve introducción o resumen genérico, una lista de personajes y de espacios. Un esquema temporal del relato. Un lema, valor o mensaje a transmitir en vuestra obra.
  • Establecer un horario en el que os dedicaréis a desarrollar la idea o proyecto. Si usáis agendas en Google o en los teléfonos móviles inteligentes, anotarlo, asignar un color, así fortaleceréis la determinación. Hablarlo con la familia o bien con amigos porque nunca hay victoria sin sacrificio y posiblemente tendrás que renunciar a algún tipo de tiempo personal para dedicarlo al proyecto.
  • Determinar dónde vais a escribir. Es importante determinar un espacio en el que vas a escribir. Hay escritores que van a la biblioteca, o bien a cafeterías, o simplemente en  casa en algún rincón donde nos encontremos cómodos y  a gusto con nosotros mismos. La inspiración puede llegar en cualquier momento. A mí me gusta escribir artículos en el tren, en mi pequeña tableta, normalmente me los envío por email a mí misma.
  • Establecer una fecha límite. No tiene que ser una fecha rígida, puede ser solo orientativa para forzarnos a medir como avanzamos.  Podemos hacer una primera presentación oficial, una “puesta de largo” de nuestra idea-historia-proyecto, por ejemplo en el caso de los escritores podéis pensar en participar en algún concurso literario, o bien si es un proyecto empresarial buscar algún tipo de concurso de empresas o ideas para marcaros unas fechas límites de producción y ejecución más o menos reales y medibles.
Este artículo puede no resultar divertido ni tal vez creativo pero es que tenemos que atar a la creatividad en corto y llevarla al espacio de lo físico y lo real sino siempre tendremos ideas que no dejarán de ser más que sueños.
¿Cuál es tu ritual para escribir? 
Comparte tus consejos tal vez puedan inspirar a otros. Envía comentarios a continuación

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Cuando dejas leer tus obras a amigos

¡Qué incertidumbre tan grotesca! ¿Qué hacer después de estos comentarios?
Publicar mi novela

¡Qué momento tan indescriptible es el acabar una obra, ya sea cuento o novela, y contactar con tus mejores amigos para que la lean!
 Antes que los amigos posiblemente sea la madre o el padre del escritor el elegido para esa prueba de amor que implica leer algo con el compromiso de decir qué te parece  desde el corazón.  ¡Otra prueba de padres! Que junto a soportar los festivales de final de curso e intentar hacer disfraces sin gastarse un euro, son pruebas que nos prepara la vida para justificar nuestra futura entrada en el reino de los cielos. ¡Si es que existe!
 Como escritor ese momento es lo más parecido a estar enamorado y pedirle a esa persona especial que salga contigo. La incertidumbre de si te dirá que sí o que no se convierte en una tortura. Normalmente, el no nunca lo contemplamos, así como que una obra salida de nuestras entrañas pueda  no gustarle a alguien. Cientos de miles de mariposas recorren nuestro cuerpo, apretaditas, esperando poder salir el día de vestirnos de falsa modestia y poder decir algo así como, “gracias,  no es para tanto”, “no, no la he presentado a ningún concurso”.
Pero no siempre son tan directos los comentarios y dentro de las posibilidades que un escritor desearía no escuchar  están las siguientes:

-“Pues, no, no he podido leer casi nada…” Y se añade cualquier excusa políticamente correcta.
-“Empecé, y me gustó pero una causa- desconocida en la mayoría de los casos- me impidió seguir leyendo, lo haré…”

¡Qué incertidumbre tan grotesca! ¿Qué hacer después de estos comentarios? Insistir en que la lean, reescribirla, quemarla y dedicarte a ver series de televisión como cualquier ser humano no escritor.
 Pues, amigos, ni idea. No tengo ni idea, intentad buscar una editorial (www.todosleemos.com) que te lea con sinceridad, cosa más difícil que conseguir que tus padres te digan la verdad. Lo único que os puedo decir es que sea lo que sea aquello que os digan, seguid escribiendo, porque eso os hace felices y recordad al joven Kafka quien ordenó a su mejor amigo quemar todas  sus obras después de su muerte. ¡Qué bien que no le hizo caso!, el amigo, me refiero.


P.S.: este artículo es el resultado de algunas de vuestras experiencias de escritores que habéis compartido conmigo. Espero que nadie se sienta identificado. ;)