¡Prueba superada! Adiós Sant Jordi 2016. Ahora la última palabra está en manos del lector, nunca mejor dicho, los libros ya están en la calle, firmados o no, con dedicatorias o sin ellas. Los personajes duermen nerviosos esperando ser leídos, comprendidos o no, eso no lo sabremos hasta dentro de unas semanas cuándo las estadísticas de ventas y los nuevos pedidos lleguen.
Tanto marketing y
comunicación avanzada para acabar dependiendo de algo tan básico y eficaz como
el llamado “boca-oído”. Es decir que al lector le haya gustado la obra y ahora
la recomiende: comparta su opinión con el librero, con sus amigos, y si decidiera
compartirla en alguna red social, el éxito sería absoluto.
¡Pobre escritor! Espera fama y éxito en un único
día en el que parece que todo girará a su alrededor pero existen tantas flores
en este jardín literario
que hay que ser paciente y darle la libertad y la confianza que nos pide la
obra. Debe enfrentarse al público lector sola -bueno, con alguna ayuda desde
promoción y marketing- y debe exponerse al rechazo o al verse relegada a la
última posición de una lista de lectura de algún lector con más tareas en su
día a día que simplemente leer.
Todas las expectativas están inciertas y en el
aire. ¡Qué sufrimiento más dulce! En el arte de escribir todo es lento: la
creación, la producción, la distribución y la respuesta del público. Sin embargo otras artes son más generosas
con sus creadores, por ejemplo, en el cine o el teatro si algo no gusta, después de
ver la obra, el comentario se extiende y esa obra “muere” a nivel de crítica.
Pero con un libro el último esfuerzo lo hace el lector al leerlo y requiere su
tiempo.
La relación libro-lector es como enamorarse,
alguien te seduce con sus textos introductorios y te va invitando a ir más
lejos, a leerse por dentro, página a página, hasta que la historia se acaba, dependerá del argumento que te sientas
feliz, completo o tal vez engañado por
haber dado tanto de ti mientras leías, el libro nos utiliza para ser una simple
estadística de venta. Toca salir a por nuevas historias, queda mucho por leer.