martes, 12 de julio de 2016

Etiquetas de la vida

Ya hemos hablado en algún otro post sobre la necesidad que tiene el ser humano de etiquetar, clasificar y colocar todo en su sitio. Pero la vida en sí misma sobrepasa la capacidad lingüística del ser humano,  es decir existen muchos más significados que palabras. Sin embargo existen palabras con varios significados. Por lo que resulta evidente que tendremos que seguir inventando palabras y expresiones que transmitan lo que realmente podemos llegar a vivir.

Esta semana he experimentado la falta de recursos que nos da la lengua para ayudarnos a describir sensaciones, en todas direcciones, en lo bueno y en lo malo. Existen tantas dimensiones que aquel popular dicho, “no tengo palabras”, refleja una gran sabiduría.

Eso nos lleva a la conclusión que cuando sentimos tanto, mejor no hablar, callar y respirar. Cuando descubres que hay estados de miedo y terror que no pueden encajar en adjetivos declinados en grado superlativo, mejor parar, quedarse quieto y no buscar palabras. Porque no existen. O bien cuando una intención de alguien te emociona tanto y te sorprende que no sabes cómo etiquetar ese sentimiento, de hecho recuerdo que a la persona en cuestión solo dije “ me emociona escuchar eso y me alegra”, algo plano y correcto mientras buscaba en mi cabeza como etiquetar la emoción que estaba sintiendo.

Es curioso cómo nos conmueven las emociones, las malas y las buenas, las malas pueden hacer sentir que sangras sin cortes ni heridas, las buenas que estás lleno de aire y puedes flotar. ¿Cómo adjetivar eso? A veces se dice “hay que hablar y contarlo” pero cómo hacerlo para que te entiendan con las pocas palabras que nos dan los lenguajes convencionales.

Estos días me he dado cuenta de la rigidez académica y emocional del lenguaje, casi tanto como la relación entre jurisprudencia y sociedad, siempre van lentas las leyes, así como no hay palabras que describan lo que sentimos con precisión y rigor.

¡Señores académicos! existen muchos tipos de miedo, y muchos estados de terror que no tienen palabras para ser definidos con precisión, así como muchas sensaciones envueltas en acaricias, deseos o tan solo en buenas intenciones de las que no podemos referirnos por resultar imposible expresar cómo nos han hecho sentir.

¡Toca seguir sintiendo aunque no se pueda explicar! 

2 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo. Faltan palabras que puedan describir estados de ánimo, sensaciones o sentimientos. Incluso para definir según que mirada, añadiría yo. Habrá que echarle imaginación!!!!!

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    1. Buen consejo! La imaginación puede con todo. Es un gran reto creativo! Saludos

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